Cuento
cuentoso
Primera
parte
Erase
una vez un señor llamado Juan. Vivía en una casa enorme en la
montaña más oscura de la zona y lejos de su pueblo.
Todos
los días iba al pueblo a comprar en el mercado. También iba ver a
su abuela Manola.
Un
día cuando iba por el mercado conoció a unos caza-fantasmas, un
chico y una chica llamados Joana y Marcos.
Juan
les invitó a su casa a tomar un café con galletas. Los
caza-fantasmas encontraron cuatro fantasmas mientras Juan hacía el
café y preparaba las galletas. Cuando llegó Juan con el café y las
galletas los caza-fantasmas le dijeron que se fuera unos días de su
casa.
Juan
se desmayó y lo llevaron a casa de su abuela Manola que sabe curar
muy bien. Manola le trajo su comida preferida, galletas y bizcocho
casero.
Los
caza-fantasmas Joana y Marcos estuvieron meses intentando sacar a los
fantasmas pero no podían porque los fantasmas eran muy listos.
Juan
no se podía mover de la cama. La abuela Manola le daba todo lo que
quería, hasta dinero, incluso un coche de color rojo.
A
Juan le gustaba mucho estar en casa de su abuela Manola.
Los
caza-fantasmas seguían y seguían intentando cazar a los fantasmas.
Pero un día fueron a esa casa y no podían ver a los fantasmas
porque estaban escondidos.
Los
fantasmas como eran tan listos les pusieron una trampa a los
caza-fantasmas. La trampa era dos galletas envenenadas. Los
caza-fantasmas se durmieron al comerlas.
Cuando
llegó Juan a ver cómo estaban los vió dormidos. Juan los tumbó en
el sofá. Al despertar no recordaban nada.
Luego
fueron al hospital. Y allí fueron recordando las cosas poco a poco.
Al
día siguiente fueron a la casa con unas pistolas para cazar
fantasma.
Los
fantasmas no se pudieron aguantar y los cazaron. Cuando los cazaron
Joana y Marcos se fueron enamorando. Primero fueron novios y luego
se casaron.
Todo
el pueblo fue a la boda. Sobre todo Juan y su abuela Manola.
Estos
les llevaron una tarta de tres pisos y en el último piso llevaba
unos muñecos vestidos de novios.
Ese
día fue muy importante para Joana y Marcos.
Al
final Marcos le regalo a Joana un anillo de oro a su amada Joana.
Joana
le regaló a Marcos un anillo de plata.
Y
así acaba esta primera parte.
SEGUNDA
PARTE
El
viernes que se casaron Joana y Marcos Juan se puso muy contento y la
abuela Manola también.
Marcos
se comió dos pisos de la tarta, Joana se comió un piso, la abuela
Manola se comió al novio y Juan se comió al novia de la tarta.
Al
siguiente día llegó un nuevo vecino con sus hermanos. Eran Mateo,el
mayor, Pedro y Alonso.
Pedro
trabajaba de mecánico. Alonso era ganadero, y Mateo era futbolista.
Cuando
esos tres se enteraron de que Joana y Marcos se casaron, Mateo les
regaló una entrada para ver el partido de su equipo. Y como era
trillonario decidió comprarles cuatro entradas más.
Pedro
les regaló un coche y Alonso un caballo asturcón.
Esa
noche Mateo,Pedro y Alonso salieron a la discoteca. Alonso conoció a
una chica llamada Eva. Mateo conoció a María, y Pedro a Isabel.
Al
día siguiente los tres se despertaron al sonar el timbre de su casa.
Pedro abrió la puerta y se encontró a su primo Iker con su novia
Leticia.
Salieron
a cenar las cuatro parejas a un restaurante llamado el Remo. Pidieron
una paella de marisco. El restaurante era de rimas y el camarero les
dijo:”si quieren una cena elegante pídanse un bogavante; si quiere
una cena de gala pídanse unas cigalas; y si quieren una cena muy
fina pídanse una lubina”.
Alonso
y Eva respondieron: “A nosotros pónganos dos bogavantes”.
Mateo
y María respondieron:”A nosotros pónganos unas cigalas”.
Pedro
e Isabel dijeron:”A nosotros pónganos una lubina”.
E
Iker y Leticia pidieron una merluza.
AL
salir del restaurante conocieron a un chico llamado Mateo Cano. Ellos
se hicieron amigos.
Joana
y Marcos aparecieron allí con su caballo que ellos bautizaron como
Fuego.
Y
por último Joana y Marcos se presentaron al concurso de carreras de
cintas de caballos.
Todos
los vecinos fueron a animar a Joana y a Marcos. Ganaron el concurso
gracias a Fuego. Y por la noche hicieron una fiesta.
Así
acaba este cuento.
PEDRO